Parálisis Paradigmática… deberíamos vacunarnos?

Mar 24, 2020 | Cambio, Paradigmas | 2 Comentarios

Parálisis Paradigmática

El término paradigma tiene muchas acepciones, sobre todo según la disciplina desde la que se enfoque. En este caso me manejaré con la definición que los investigadores sociales han adoptado proveniente de Khun (cambio de paradigma)  para remarcar un cambio en la forma en que una determinada sociedad organiza e interpreta la realidad. Un “paradigma dominante” se refiere a los valores o sistemas de pensamiento en una sociedad estable, en un momento determinado. Los paradigmas dominantes son compartidos por el trasfondo cultural de la comunidad y por el contexto histórico del momento. Las siguientes son condiciones que facilitan el que un sistema de pensamiento pueda convertirse en un paradigma dominante:

  • Organizaciones profesionales que legitiman el paradigma.
  • Líderes sociales que lo introducen y promueven.
  • Periodismo que escribe acerca del sistema de pensamiento, legitimándolo al mismo tiempo que difunden el paradigma.
  • Agencias gubernamentales que lo oficializan.
  • Educadores que lo propagan al enseñar a sus alumnos.
  • Conferencistas ávidos de discutir las ideas centrales del paradigma.
  • Cobertura mediática.
  • Grupos de derechos que acuerden con las creencias centrales del paradigma.
  • Fuentes financieras que permitan investigar sobre el tema.

En las ciencias biológicas se utiliza el término Parálisis Paradigmática para describir una enfermedad, no física, aunque si mental. Refiere exactamente a la adopción del paradigma establecido (paradigma entendido como modelo que aglutina una estructura que es en la que se basa el sistema) como paradigma único. Es una enfermedad fácil de adquirir y fatal en si misma. Inhibe el cambio, paraliza la evolución del sistema y absorve a sus componentes.

Algunos paradigmas podrán ser triviales, pero grandes o pequeños, sirven para proporcionar una visión, una comprensión y métodos particulares para resolver problemas específicos. Es muy saludable tener ciertas formas de comportarse o de poseer ciertos modelos, pero en el extremo, la “parálisis paradigmática”, pasa a constituirse en una de las enfermedades organizacionales más graves, la cual no permite pensar ni dudar respecto de la validez o vigencia del paradigma y podría volverse crónica.

Existen variados ejemplos de esta enfermedad entre empresarios, educadores, gobiernos, profesionales, comerciantes, políticos, científicos, en las familias, en países, en las religiones, etc., y eso debido a que la historia humana siempre ha estado en proceso de cambio y por ende siempre han existido paradigmas, con la única diferencia que de antaño ocurría un cambio cada veinticinco años y en la actualidad ocurren en cosa de minutos, por lo que se debe disponer de una adecuada dosis de predisposición, entre otras, para no ser víctima de esta “parálisis paradigmática”.

Predisposición sin dosis, Predisposición total se requiere actualmente para combatir la parálisis paradigmática que sin duda, ha inundado el sistema. Si recordamos el primer párrafo veremos quiénes o qué elementos son los que inciden en el establecimiento de un paradigma; ergo necesitamos incidir en esos elementos para generar los cambios imprescindibles y para hacerlo se requiere de predisposición individual, colectiva y permanente. Te apuntas? Recuerda que cada gota en el océano hace a la inmensidad del océano.

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